PROTOTIPO
Para esta actividad se parte de un elemento básico y de uso diario: un bolígrafo. A continuación se muestras los afforancer perceptibles y ocultos, los escenarios comunes y el nuevo contexto que da raíz al diseño del prototipo.
AFFORDANCES PERCEPTIBLES
- Permite escribir sobre superficies.
- Permite ser tapado con el tapón para evitar que se seque la punta.
- Permite ser agarrado en una posición ergonómica al tener muescas marcadas.
- Permite tener un control de presión para escribir con más o menos tinta.
AFFORDANCES OCULTAS
- Gracias al tapón, permite usarse como “clip” para fijar el boli entre folios, tejidos…
- La forma del tapón hace que el boligrafo se mantenga estable en una posición concreta evitando que se resbale.
- Su forma alarga permite ser utilizado como regla.
- El tapón puede utilizarse a modo de palanca para extraer elementos.
ESCENARIOS COMUNES
Los usos normales de un bolígrafo son: escribir o dibujar. Lo utilizamos como medio de comunicación, pero no solo se utiliza para comunicarnos de manera escrita.
Con un bolígrafo podemos trasmitir sentimientos y emociones: si estamos nerviosos lo movemos rápidamente, si estamos enfadados lo apretamos, si estamos entretenidos jugamos con él e incluso podemos utilizarlo para trasmitir confianza mientras damos un discurso.
Para el desarrollo es este prototipo vamos a basarnos en el empleo del boli como transmisión de emociones.
CONTEXTO NUEVO
Para entender este nuevo concepto de boli, es importante comprender cuáles serán sus usuarios y cuál es el objetivo.
Está diseñado para personas que padecen autismo o alguna diversidad funcional que minimice la capacidad de verbalizar sentimientos o emociones. Es muy común que estos usuarios adquieran hábitos o TOCS dañinos con los que trasmitir sus emociones. Por ejemplo, morderse, arañarse o pellizcarse podrían ser algunos.
Con el diseño de este boli buscamos que los usuarios lo calibren en función de sus emociones. Por ejemplo, si están enfadados lo aprietan, si están nerviosos lo mueven y si están bien, simplemente o sujetan. La idea es que cada usuario pueda calibrarlo según sus movimientos habituales.
Cada emoción se identifica con un color. Por ejemplo, si la emoción es enfado y se identifica con el rojo, cuando el usuario la muestre el bolígrafo se iluminará en rojo.
El bolígrafo está rodeado por sensores que captan tanto los movimientos como la presión.
Está enlazado con una app móvil con la que personalizarlo. Con ella se podrá identificar qué emociones se quieren detectar y cómo.
Además, esta App registrará las emociones para poder estudiar y comprender cómo se ha sentido el usuario durante el día.
A continuación dejo el vídeo.